Trajes elegantes, elocuencia y afinación en sus palabras y por supuesto actos en extremo violentos. El conjunto de todos estos términos solamente puede hacer referencia al drama y ficción histórico ambientado en Birmingham, Peaky Blinders, la cual regresa para el tramo final de su historia.
La galardonada serie proveniente de Reino Unido por medio de la cadena BBC One y para audiencias internacionales en Netflix llega a su sexta temporada en uno de sus mejores momentos luego de ya más de 8 años desde la emisión de su primer episodio. La quinta temporada deja a los espectadores en vilo, a la expectativa de más, ya que esta concluye con su protagonista Tommy Shelby al extremo del suicidio.
Peaky Blinders, a pesar de contar relativamente con pocos episodios por temporada, no deja nada escondido y muestra escenas brutales poco comunes en comparación con otras dentro de este mismo género y hasta incluso fuera del mismo. La reaparición de personajes icónicos interpretados por actores de alto nivel como Tom Hardy, Charlotte Riley, Anya Taylor-Joy, entre muchos otros más, garantizan la calidad de la temporada en curso.
Volviendo al tema principal de esta ocasión, esta serie roza de manera peligrosa entre examinar la violencia (y sus diferentes tipos, física, psicológica, etc.) y exaltarla como algo glorificable. Uno de los ejemplos más evidentes ocurre en el episodio dos de la quinta temporada, en donde los Billy Boys se anuncian desde la oscuridad con una distintiva canción que se hizo famosa entre las gradas del fútbol escocés. Espeluznante, efectiva y filmada con una calidad excepcional. Este momento incluso puede ser visto como una celebración del sectarismo brutal del que se sabe que aún quedan adeptos alrededor del mundo.
El mérito de Peaky Blinders radica en trabajar siempre en función de lograr un preciso equilibrio entre los tiempos violentos y brindar garantía de que la opinión abominable no luzca embellecida de manera involuntaria. Esta serie se ha caracterizado por causar división entre sus espectadores.
Su estilo de escritura estilizado cada vez más adopta un tinte shakesperiano. Tomemos como ejemplo la siguiente línea de diálogo: “Cuando duermo, sueño, y en mis sueños alguien quiere mi corona. Creo que podría ser Michael” Estas son declaraciones de Tommy en estado paranoico, impulsado por morfina y perseguido por visiones de su difunta esposa Grace.
En este ejemplo vemos una clara insinuación intencional a Ricardo III, también nos dejan observar de fondo el espectro de Michael Corleone. Estas comparaciones pueden sonar un tanto exageradas, pero por cuestiones como estas existen opiniones divididas respecto a la misma.
En conclusión, esta es una serie que se puede ser disfrutada por todo tipo de persona, desde un fanático altamente emocionado con su melodrama hasta un crítico que examina los estilos y elementos sustanciales con el fin de encontrar una pieza diferencial en el momento o la época. Cumple con varios aspectos destacables como el no optar por estereotipos de personajes femeninos, la efusividad en los diálogos de todo tipo de personas independientemente de su rol en la serie y finalmente, la mezcla casi armoniosa de la violencia despiadada, los momentos espeluznantes y las reflexiones introspectivas de sus acciones sin persuadir al espectador a inclinarse hacia lo que está bien y lo que está mal.
Es una serie que está dispuesta a abortar temas complicados sin ningún tipo de miramiento. La verdadera percepción de Peaky Blinders depende meramente de tu posición como espectador y tu visión del espectáculo.